El estudio de Google Consumer Barometer 2017 señaló que, en México, por ejemplo, el porcentaje de población que accedió a internet a diario pasó de 61% a 2013 a 72% en 2017, el uso de smartphones aumentó del 37% en 2013 a 72% en 2017, y el uso de internet incrementó de 48% en 2013 a 72% en 2017. Cifras que tuvieron un comportamiento similar en los otros 62 países rankeados. El informe concluye que el uso de internet desde dispositivos móviles fue superior, por primera vez en la historia, al 50%.

Por su parte, las proyecciones del estudio Economía móvil en América Latina y Caribe 2017, elaborado por la asociación GSM, organizadora del Mobile World Congress, indican que 71% de los usuarios en Latinoamérica utilizarán teléfonos inteligentes para 2020 y 50% de ellos emplearán redes LTE 5G en 2025, lo cual demuestra el fuerte crecimiento del ecosistema móvil en la región, y con ello la creación de una plataforma digital amplia para los usuarios, especialmente emprendedores.

Sin embargo, a pesar del progreso que se ha alcanzado aún existe un amplio sector de la población sin acceso a nuevas tecnologías y servicios, personas de bajos ingresos excluidas de la transformación digital, quienes residen principalmente en zonas rurales o regiones remotas con un difícil acceso. La pregunta es, ¿qué es lo que ellas y ellos necesitan para estar conectados?

Entre las barreras de acceso a internet móvil en México destacan una conexión inexistente o demasiado lenta, costos elevados, desconocimiento del uso del servicio y el no tener el equipo necesario, es por ello que el smartphone es el principal dispositivo de acceso, ya que cada siete de diez internautas mexicanos lo utilizan para conectarse a internet, según indica el 14° Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2018, elaborado por la Asociación de Internet.

Por esa razón, para cerrar la brecha digital, la propuesta principal está ligada a eliminar las barreras económicas al poner al alcance dispositivos funcionales y asequibles para toda la población, sin olvidar extender la eficacia de las redes móviles, así como estimular el desarrollo de aptitudes digitales básicas mediante productos que faciliten el uso de las herramientas sociales.

Los beneficios de impulsar la conectividad entre las personas van más allá de mantenerse en contacto con su familia y amigos, puesto que el uso de la tecnología móvil tiene un impacto directo en la economía, a través del aumento de la productividad de estudiantes y trabajadores, quienes pueden contar con un mejor acceso a la información, así como servicios de salud, financieros, y educativos, entre otros.

En síntesis, la apertura del mercado no sólo se debe enfocar en una mayor oferta de dispositivos, sino que éstos deben cumplir con dos características esenciales (en igual medida): un costo

accesible y funcionalidades de alta calidad. En tanto estas condiciones mejoren, la brecha digital continuará reduciéndose para beneficio de todos.